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viernes, febrero 15, 2008

Impuntualidad (Aplicación práctica de la Justicia G)


Hector siempre llegaba puntual a la cita. Le parecía que llegar tarde era despreciar el tiempo de sus amigos, que no tenían porqué aguantarle la espera como si fuera la reina de Saba. Sin embargo, sus amigos siempre llegaban tarde, 10, 15, 20 minutos, o incluso más, sin dar ninguna excusa, y eso que vivían en la misma manzana; mientras que Hector tardaba casi una hora en llegar a la puerta de la carnicería donde siempre quedaban.

En esos años de impuntualidad excelsa, también acechaba el cambio climático. Tras una ola de predicciones catastroficas del estilo de El día de mañana” o “Vulcano”, los países más poderosos, capitaneados por San Marino, decidieron congelar a todos los seres vivos útiles. Todo al estilo Walt Disney. Tan sólo permanecieron sin congelar esperando tranquilamente su fallecimiento el hermano menos feo de los Calatrava, Manuel Barragán, Pizo Gómez y Benito Camelas. Ah, sí, y Manu sánchez.

Al despertar de la criogenización, el mundo había cambiado en cuanto a diferentes conceptos. La justicia se impartía rápido y de forma algo peculiar. Tras comentar los cambios experimentados, Hector y sus amigos continuaron su rutina(accesoria) de quedadas e impuntualidades severas.

Héctor, harto de tamañas pequeñas injusticias, fue al nuevo Tribunal de la Justicia G. Quería que sus amigos fuesen puntuales.

La Justicia G era rápida e ideó una sentencia eficaz:

Los amigos, Javier, Fermín y Kepa estarán confinados en habitáculos amplios el tiempo necesario para compensar la suma de todas las impuntualidades. En total, 13 días, 20 horas y 35 minutos. Ese sitio será una especie de platós (uno para cada uno), y tendrán el atrezzo suficiente para emular las condiciones de espera en la carnicería donde quedaban. Así, se recreará un local igual, con el bus nº 156 pasando cada 10 minutos y figurantes paseando (a los cuales tan sólo se les podrá preguntar la hora).

Algunos lo llamaron secuestro, otros detención ilegal, pero tan sólo era Justicia G, insegura, sorpresiva, singular pero, a veces, incluso justa.

“¡¡Llamando a Justicia poetica, por favor!!¡¡Llamando a Justicia poética, por favor!!”

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Por favor, no tapen el escaparete de mi tienda mientras esperan a sus amigotes. Me espantan la clientela.

P.D.Soy la hermana de la librera de camino de las torres, que está harta d q los q esperan el bus le tapen su maravilloso escaparate.Estamos hartas!

Anónimo dijo...

Carnicería presco se rumorea??

Anónimo dijo...

Veo que te han hecho esperar.... buena forma de desahogarte. Nuestra solución con estos individuos siempre ha sido quedar 10-15 minutos antes de la hora real.