Giro de Italia 1994, se subía la etapa reina de aquella carrera donde iba de rosa
Eugeni Berzin, del equipo Gewiss, que "
iba con tabaco"( Javier Ares dixit
).
Se ascendía el Passo di Mortirolo, por entonces para mí un puerto desconocido. Lo más importante es que corría Indurain, que podía alcanzar su tercer Giro.
En el momento en que se comenzó a subir el Mortirolo, los ciclistas comenzaban a marchar con extrema lentitud. ¿Qué demonios era aquella bestia recubierta de asfalto? Los coches debían subir en primera y a alguno se le quemó en mitad de esa carretera estrecha y empinada.
Tele 5 retransmitía la carrera (sí, han oido bien ¡¡tele5!!) y el infumable j.j. Santos apostaba gritando por el ataque de Miguelón. ¡¡en un puerto con esas rampas!!Ni idea de ciclismo.
El que atacó con un pedaleo grácil fué un calvo que nadie conocía del equipo de Chiapucci (el mítico Carrera; tengo maillot y culotte) . El señor calvo de poderosas orejas era Marco Pantani (ponganse en pié al escuchar este nombre, por favor), un ciclista joven , pese a su aspecto, y que se iba hacia arriba como un ángel endemoniado.
Berzin, con la arrogancia del ignorante, le intentó seguir algún km, pero el
Señor Mortirolo le comentó al oído: "Aparta de ahí, muchacho, si no quieres morir".
Mientras, Indurain, poco a poco, daba caza a Berzin, y aumentaba ritmo. Poco efectista, pero efectivo cien por cien. Los demás subían, a cada cual más despacio.
Nadie se acordaba que por delante marchaba un escapado, Franco Vona. Las cámaras lo enfocaron y el espectáculo era impresionante: dando bandazos de un lado a otro de la calzada, a punto de echar pié a tierra. Tenía 15 años y nunca había visto eso en un puerto.
Las masas de gente al final del puerto encontraron la figura de Marco, que realizó el descenso ya acompañado de Miguel.
Berzin, poco a poco, perdía tiempo.
Pero el Mortirolo no había dictado todavía su sentencia; quedaba un puerto menor, el Santa Cristina, y ahí vino lo que nadie había visto, un tremendo pajarón de Indurain hasta la meta, debido a los esfuerzos acumulados de ascender el puerto más duro del mundo (y al ritmo de Pantani).
La etapa la ganó Marco Pantani, y para mí ese día quedaron encubrados al Olimpo de los dioses el calvo vestido con el equipo Carrera y el Puerto de la Foppa, más comunmente conocido como Mortirolo.
Posteriormente, vería a mucha más gente doblar la rodilla y perder el Giro en esas rampas (Olano, Savoldelli...), pero aquella etapa marcó un antes y un después.
Pd: Y todo ello, pese a los pesados de tele5 poniendo anuncios de vaporetas y bicicletas "tecnicamente perfectas". Dios, que horror. El emule ha hacho que tenga esta etapa en cd. Gracias a quien se tomara la molestia de ponerla. Es muy grande.
Dedicado a Arvan y Gelik, espero que os guste. Perdón por el retraso