
Dice un aparato tecnológico que mi temperatura asciende cual Tierry Claveirolat con topos rojos.
Ecos de mis voces vienen de nuevo a mis tímpanos y me repiten finales de frases inconexas.
El calor me abruma y me destapo. El frío se apodera de mi pijama y retorno a mi elegante manta.
Dice mi garganta que duele cuando trago cristales rotos. Lo tendré en cuenta en futuras introducciones de comida.
Gracias a mi boca, he logrado respirar; espero que no me falle, ya que mi nariz es inútil perdida. El problema es que debe permanecer siempre abierta y al final entran más cosas, además de oxígeno. De hecho, hoy ha entrado un oso buscando su cueva y tres pelícanos despistados.
3 comentarios:
Yeeeehaaa. Espero que estes mejor y ya no tengas fiebre enfermo...
A mí estos días que he estado también malita, me han recordado a mis tiempos de colegiala, cuando me quedaba en la camita una semana entera dejándome mimar, y alimentándome a base de jamón de york, flanes y zumos (no sé porqué pero siempre era así). Ayy, que tiempos! que sensación más buena que me arropen, que vengan a hacerme visitas a la habitación mis hermanos pero sin dar mucho la brasa, que me dejen dormir todo lo que quieran,que me hablen en voz baja...sino fuera por la fiebre y los mocos...
actualización¡¡¡¡
oye, y a la gente que le pasa que no escribe?
Publicar un comentario