
Quería conocer algunos pueblos despoblados, pero hermosos. Una de nuestras paradas fué en Vió, a 1.211 metros, que dá nombre al valle, pedanía del Ayuntamiento de Fanlo.
Mi compañera (de viajes y amores), por el camino, anduvo contándome una historia: "En Vió había un hombre, cuando yo venía de pequeña (hace 15 ó 20 años), que hacía utensilios de madera...". "Sí , hombre, ya se habrá ido o estará muerto...", comenté yo.
Llegamos al pueblo, e , increíblemente, en un día soleado, encontramos al buen hombre con un hacha, y una especie de navaja tallando a mano cucharones, tenedores y raseras de madera.
Las tenía expuestas debajo de la iglesia, a 100 metros de su silla, sin preocuparse de posibles ladrones. Habría que ser muy ruin.
Mantuvimos una amena charla:
Mitificador: [...] "¿y vive aquí todo el año?
Artesano: " Sí, estamos todo el año dos hombres...".
M: " ¿Y vive de la artesanía sólo en verano?
A: No, luego en septiembre cultivo..." (se puso a divagar y no le entendía mucho en ese momento).
[...][...]
Comentó que le costaba toda la mañana hacer una cuchara, siempre de madera de boj, árbol típico del Pirineo caracterizado por su alta resistencia.
En el pueblo están rehabilitando algunas casas, supongo que para el verano. Nos estuvo diciendo que, algunos descencientes las arreglan para vacaciones.
En ese momento, me imaginé la dura vida invernal, pero su rostro reflejaba la honestidad consigo mismo, el decir: "pues yo me quedo...".
M: "Pues nos vamos, ¿como se llama?"
A: "Si pasais por aquí, preguntad por Jesús el artesano".
Hay gente que no debería morir nunca. Pasad y preguntad.
Si alguien se lo pregunta, le compramos un tenedor, una cuchara, y una rasera, a razón de 6 euros cada una.
"Apartarme de los ruidos que escuchábamos ayer, perderme en el olvido solitario..."