Esta nueva mitificación no es de un personaje conocido, pero es mítico. se trata de Emilio, el dueño y tabernero del "Zurracapote", uno de los lugares que no deberían desaparecer nunca. Está situado en la C/ Manuel Lasala, nº6, de Zaragoza.
No es de primeras un tipo simpático, pero una vez cogida la conversación, con esa media sonrisa que esboza, te hace pasar grandes ratos.
El caso es que no voy mucho ahora (antes sí). La penultima vez acabé con el bar cerrado a las 3 de la mañana jugando al ajedrez (es un maestro y yo un superpaquete). Claro, contado no suena tan surrealista, pero acabar una noche de juerga con los amigos en el Zurra yo solo jugando al ajedrez con el dueño, para mí es plenamente mitificable.
Ayer fué la última vez que fuimos. Como siempre, sólo había una persona (suele estar vacio), y Emilio, entre copa y copa, recitaba alineaciones del R. Zaragoza de diversas épocas. Memoria-fichero prodigiosa. Me quedé anonadado. Incluso le logramos sacar una bolsa de cacahuetes gratis. Pensarán ustedes: ¡¡vaya cosa!!, pero es que otra caracterísitica suya es que es muy rata. Jamás invita. Recuerdo la anecdota historica que nos tomamos un chupito con él, y le dijimos que se sacase otro para él, y así brindabamos todos; ¡¡nos quería cobrar el suyo!!.
En fin, que me chifla que todavía queden personajes y sitios tan auténticos, con su suciedad, restos de pintura que no limpió, su música de Tv(creo que no tienen licencia para poner música), y todo lo demás.
Vayan, si no han ido; vuelvan, si ya han estado, y disfruten.